viernes, 26 de febrero de 2010

La Calle Elvira


La calle Elvira es la "calle" de GRANADA.
Su trazado es el límite del monte del Albaycín y transcurre sinuosamente siguiendo la curva de nivel baja del barrio. Ha sido siempre la "calle" de GRANADA. Cuando se va desde Puerta Elvira hasta la plaza de Santa Ana queda el monte Albaycín a su izquierda.
En los albores del siglo XX se trazó la Gran Vía, paralela a la calle Elvira, cortando y derribando las casas en línea recta para luego construir edificios a ambos lados de este trazado lineal. El dinero del azúcar se invirtió, en gran medida, en la construcción de esta nueva Avenida.
Varias familias adineradas de la ciudad compraron solares a ambos lados y se construyeron sus edificios. Los "Rodríguez Acosta" se hicieron un palacete en una de sus esquinas copiando un edificio de París.
Desde ese momento la Gran Vía es la arteria principal de GRANADA pero la calle Elvira sigue siendo la "calle" de GRANADA.

jueves, 25 de febrero de 2010

Policía Local


El otro día José Luis vió pasar a un polici@ local y me contó un sucedido de un vecino suyo en el Sacromonte.
La historia era que este hombre al entrar en su casa vió correr un ratón. Le entró tal pánico que no durmió en toda la noche. Cuando a la mañana siguiente se lo contó a un amigo le aconsejó que metiese un gato en la casa.
El recuerdo de la mala noche le llevó a toda pastilla a Poeta Manuel de Góngora donde compró un gato para que acabase con el ratón. Estuvo unos dias contento con su gato hasta que otro día cuando regresaba al anochecer vió dos ratones. Cuando a la mañana siguiente se lo contó al amigo le aconsejó que metiese otro gato.
Pensó que entre los dos acabarían con esos dos ratones y los que pudiesen entrar y fué de nuevo a Poeta Manuel de Góngora a comprar otro gato.
Hubo unos días donde acariciaba complacido a los dos felinos; pero duró poco porque otra noche se movió en la cama,le dió a la luz y vió tres ratones moverse por el cuarto; esto le produjo insomnio a partir de ese momento.
Pensó que con tres gatos la cosa mejoraría y, ni corto ni perezoso, marchó a Poeta Manuel de Góngora a por el tercer gato.
Eran muy mimosos y estaba encantado. El idilio terminó otro dia en el que después de salir del reservado vió a cuatro ratones. Esto era insoportable. Marchó de inmediato por el cuarto felino a Poeta Manuel de Góngora.
Se las prometía ya feliz cuando de pasada del comedor al dormitorio vió cinco ratones roer en un rincón desapareciendo en breve por el pasillo.
¡Esto era demasiado! pensó. ¡Creo que se necesitan más gatos! Llegó a tener hasta catorce hasta que descubrió que a más gatos más ratones.
El Ideal, a través de los Regidores, nos muestran la necesidad de aumentar el número de Policí@ Local y viene ocurriendo que ¡a mayor número más chorizos!

miércoles, 24 de febrero de 2010

Moros y Cristianos en la calle Elvira (3)


Aquí hay muchos moros y pocos cristianos.
Mi amigo José Luis se enfadaba el otro día cuando le entregaba un funcionari@, una vez más, una reclamación del Ayuntamiento sobre uno de los impuestos a los que debe hacer frente su negocio.
Un poco nervioso le decía: Mire Vd a ese moro de enfrente, ¿y ese otro moro de ahí, acaso cumple con este requisito?.
El funcionari@ decía: ¡Denúnciele Vd!.
Decía José Luis con razón: ¿Y entonces Vd para qué está?. Y la Policía Local ¿para qué está?.
Aquí nos quedamos para analizar esta situación.
No deja de ser sorprendente que para el cumplimiento de la legalidad deba interponerse una denuncia no anónima. El español debe ser quién interponga una denuncia, con su nombre y apellido, contra el moro de turno para que al moro se le exijan todas las Disposiciones legales que pesan sobre su empresa.
Por tener un negocio en la calle Elvira un español debe hacer frente a un puñado de visados, supervisiones, inspecciones y permisos y además jugarse la vida para que la legalidad toque también al vecino marroquí. Digo jugarse la vida porque ya sabemos como se las gastan, pasandote a cuchillo, si les tocas su negocio.
Preguntas obligadas: Los funcionarios ¿para qué están?. La Policía Local ¿para qué está?. ¿Cual es la finalidad de nuestros impuestos?. ¿Es que, acaso, nos estamos dedicando los españoles a ponernos zancadillas unos a otros, mientras la morisma campa a sus anchas en Granada?.
Esto explica meridianamente que los negocios de moros se estén extendiendo como una mancha de aceite por toda esta zona del Albaycín.

lunes, 22 de febrero de 2010

Moros y Cristianos en la calle Elvira (2)


En la calle Elvira hay muchos moros y pocos cristianos.
Mi amigo José Luis me decía el otro dia que esto era como tener al zorro metido en el gallinero.
Llevamos varios dias con manifestaciones. Todos los dias que no llueve se lanzan por la Gran Via (calle paralela a la calle Elvira) un centenar de personas del Distrito Norte reclamando más empleo. Como la metereología es inconstante deciden echarse a la calle siempre que no llueva y lo hacen "a la cañona" sin más permisos. El Delegado del Gobierno, con su sinuosidad y contemporización, solo tiene una consigna que es la de vigilar la manifestación y no actuar mientras "no se altere el orden público".
Es este mismo criterio el que usa para las autorizaciones de apertura de comercios de moros. Si a los dos años no ha habido noticias de "alteración del orden público" se le vuelve a dar autorización por otros dos años.
¡Ah esto no es así para un español! La buena conducta se le supone (como el valor en el Ejercito). El español debe renovar su Licencia de Actividad todos los años.
Y como ya se citaba en el anterior artículo el ciudadano español debe pasar por la criba de un puñado de visados, supervisiones, inspecciones y permisos antes de poder abrir un negocio, y eso por no hablar de los impuestos que graban sobre su negocio, de las cuotas que debe pagar, del recibo de la Seguridad Social, del seguro de actividad obligatorio por Ley, etc. Cosas todas estas de las que se ven exentos los moros.
A esto se le llama llana y sencillamente "competencia desleal" con los españoles.
¡No nos creemos superiores! ¡Queremos tener sus mismos derechos!

domingo, 21 de febrero de 2010

Moros y Cristianos en la calle Elvira


En la calle Elvira hay muchos moros y pocos cristianos.
Mi amigo José Luis me lo cuenta todo y me cuenta el porqué.
Me ha contado que los locales que regenta la “morería” se van multiplicando mientras que los locales llevados por granadinos cada vez son menos. Eso está a la vista, pero veamos el motivo.
Los moros (cuando hablo de moros me refiero a ciudadanos de Marruecos, Irak, Irán, Siria, etc…) campan a sus anchas y abren sus negocios con total libertad. Se les exige muy poco para la apertura de sus negocios y se oye decir en la Federación Granadina de Comercio que la Delegación del Gobierno con un criterio sinuoso, contemporizador y apaciguador intenta contentarlos y para ello les exige un papel con un sello para obtener un permiso de actividad de dos años renovándoselo por este mismo período de otros dos años al cumplirse el plazo.
¡Ah esto no es así para un granadino! Todo el peso de la Ley, que es cuantiosa e insoportable, cae sobre sus espaldas cuando se decide a abrir aquí un local de negocios.
Se le exige al granadino un Proyecto de Licencia de Apertura y luego otro de Licencia de Actividad junto con un Proyecto de Legalización de las Instalaciones efectuadas. Cabría decir que bueno que esto se hace y ya está. ¡No! ¡No es así! porque cuando se empiezan a realizar estos Proyectos aparece una Normativa infinita que a veces raya con lo kafkiano.
Se entiende mejor con un ejemplo: Se trata de Andrés, mi amigo granadino, que tuvo que renunciar a seguir adelante. Alquiló un local de 7 m2 para exponer sus productos de antigüedades y aquí empezó su calvario. Primeramente le exigieron un Proyecto adaptado a la nueva Normativa del Código Técnico de la Edificación que le obligaba a instalar un Aseo que (dicho sea aquí entre nosotros) no le hacía ninguna falta ya que se pasaba el día vigilando su negocio desde el bar de enfrente que sí que lo tiene. El aseo no podía abrir directamente al local de negocio lo que implicaba hacer un Ante-aseo (ya los 7 m2 pasaron a 4 m2). Aquí no acabó el tema. Para el cumplimiento de la “Ordenanza para la Accesibilidad y la eliminación de barreras arquitectónicas” debería poder acceder a él un minusválido lo que implicaba hacer una rampa de acceso desde la acera (que por cierto no tiene en ese sitio ni 30 cm de ancho). Para el cumplimiento de las “Condiciones de protección contra incendios en los locales” se le obligaba a remeter la puerta hacia dentro del local para en caso de incendio en el interior poder abandonar el local inmediatamente con una puerta que abriese hacia la calle y no estorbase a los viandantes. Ya los 4 m2 empezaron a flaquear. Esto por no citar la “Normativa de Ahorro de Energía”, la “Normativa de Salubridad”, la “Normativa de Seguridad de Utilización”, el “Documento Básico de Protección frente al Ruido”. Luego además tenía que darse de alta en Hacienda como autónomo. Eran continuas reclamaciones y cada paso de estos sangraba su maltrecha economía. Total que ante este cúmulo de normativa y despropósitos abandonó la calle Elvira pasando su local inmediatamente a un moro que se veía libre (digamos que se pasaba por el arco del triunfo) todos estos requisitos.
¿Es lícita esta distinta vara de medir para los granadinos y para los moros?
¿No se está cometiendo una injusticia manifiesta con los granadinos?
Así pues los únicos que son vigilados y fiscalizados en esta calle son los granadinos.
La Policía y el Ayuntamiento, con sus continuas reclamaciones, persigue a los granadinos.
La cosa está llegando a tal nivel que los dueños de las casas acaban alquilando sus bajos a los moros que son los que pueden negociar aquí con total libertad.
Solo me queda remitir a los lectores a un artículo del escritor Angel Esteban titulado “Definitivamente Elvira” publicado en la revista “Volúmenes” Nº 44 de la Asociación de Promotores y Constructores de Granada en donde dice que “algunos de los 39 bares que hay en las dos aceras de esta calle apenas tienen, lo aseguro, las condiciones sanitarias e higiénicas requeridas por la ley y por el sentido común
Y nosotros que ya sabemos el porqué decimos ¡Está claro! ¡Es porque son de los moros!

jueves, 18 de febrero de 2010

Por la calle Elvira


El Pilar de la calle Elvira tiene su Virgen de las Angustias. ¡Ya tiene la Virgen de las Angustias de nuevo su Pilar! y ¡qué satisfacción! Estábamos esperando esta rehabilitación y ¡es magnífica! y se adecúa muy bien con su entorno. La Virgen de las Angustias está presente en este Pilar desde hace más de quinientos años si bien con otra imagen. Fué D.Diego de Salvatierra quién lo mandó reedificar en 1671. Es un placer tener ese recurso tan granadino para acudir a Ella en nuestras necesidades, que ahora no son pocas.

domingo, 14 de febrero de 2010

Una gitana morena



Una gitana morena
nacida en el Albaicín
de ojos grandes y con ojeras
del monte la vi venir
le dije ¿Dónde vas prima?
y no me quiso escuchar
siguió el camino pa alante
sin volver la cara pa atrás.
No sé que habrá sío de ella
que no le he vuelto a ver más,
pero su cuerpo y su cara
nunca los podré olvidar.
La tengo que ver llorar
y pagando las duquelas
que a mí me ha hecho pasar.

Una gitana morena
born in the Albaicin
with large eyes and dark circles
Mount saw her coming
I said "Where are you cousin?
and I would listen
Forward went the way pa
pa without turning his head back.
I do not know it to be yes or
I have never seen more
but his body and face
I will never forget.
I do mourn the
and paying the Duquela
that made me pass.

declaro inaugurado este blog


Con la poesía GRANADA de García Lorca comienzo hoy a poner cosas "costumbristas" en este rincón del espacio sideral internetal...

Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
Una vestida de verde,
otra de malva, y la otra,
un corselete escocés
con cintas hasta la cola.

Las que van delante, garzas
la que va detrás, paloma,
abren por las alamedas
muselinas misteriosas.
¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
¿Adónde irán las manolas
mientras sufren en la umbría
el surtidor y la rosa?

¿Qué galanes las esperan?
¿Bajo qué mirto reposan?
¿Qué manos roban perfumes
a sus dos flores redondas?

Nadie va con ellas, nadie;
dos garzas y una paloma.
Pero en el mundo hay galanes
que se tapan con las hojas.
La catedral ha dejado
bronces que la brisa toma;
El Genil duerme a sus bueyes
y el Dauro a sus mariposas.

La noche viene cargada
con sus colinas de sombra;
una enseña los zapatos
entre volantes de blonda;
la mayor abre sus ojos
y la menor los entorna.

¿Quién serán aquellas tres
de alto pecho y larga cola?
¿Por qué agitan los pañuelos?
¿Adónde irán a estas horas?
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.