domingo, 27 de febrero de 2011

REvolución en países nordafricanos...

Hispanidad, domingo, 27 de febrero de 2011


Tenía que ser judío. Los hebreos son demasiado inteligentes como para engañarse a sí mismos. El presidente israelí, Simón Peres, laborista, estuvo en Madrid e Hispanidad le preguntó sobre los orígenes de las revueltas en el mundo islámico Su respuesta fue sinceramente judía: No lo sé. Eso sí, añadió que estábamos ante un nuevo fenómeno: la revolución Facebook. Es una manera de hablar. Más lógico sería llamarle la revolución Internet. Las ciudades libias están llenas de antenas parabólicas, esto es lo que acabará con Gadafi y con cualquier otra autocracia islámica.

Ahora bien, el problema no es que caigan los tiranos sino quien va a sustituirles. En la sociedad de la información no impera la conspiración de unos pocos que mueven a muchos sino que el líder es quien sabe ponerse al frente del consenso creado de las bases, a través de Internet. Por eso, el presidente israelí no teme a los agónicos líderes musulmanes sino a sus sustitutos, porque no sabe quién se impondrá tras la caída del viejo régimen. Es una nuevo tipo de revolución y ahora se ve que puede ser una revolución violenta. Ha bastado que todos los inventos electrónicos (ordenadores y móviles, principalmente) operen en red para que el inamovible mundo islámico se disgregue. Y así es: Occidente no debe temer a Gadafi, que ya es un cadáver, a quien debe temer es a sus sustitutos que no por invocar libertad tiene por qué ser amantes de esa libertad. Los anarquistas nunca soñaron con que su modelo pudiera hacerse realidad a través del progreso tecnológico -el único progreso que existe-.

Pues bien, arde el Islam por la anarquía que siembra la Red, la posibilidad de comunicarse, que no es otra cosa que la posibilidad de ver lo que ocurre más allá de tu tejado o más allá de tu continente. Es bueno que la WWW derribe tiranías pero me gustaría saber hacia dónde. El mejor termómetro será, sin duda, el respeto a la libertad religiosa, clave del resto de las libertades.

Un detalle: lo único que preocupa al Gobierno chino, la mayor tiranía del planeta, es Internet.

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Hasta aquí la noticia. De todas formas, yo me pregunto: ¿quién anda detrás? Llucià Pou Sabaté

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