domingo, 28 de noviembre de 2010

EL FLECHAZO DE LOS POLITICOS



VERSION en CASTELLANO

viernes, 26 de noviembre de 2010

Zapatero se hace la FOTO


Resultado de las conversaciones GOBIERNO-SINDICATOS

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La cuestión del Sahara


Hassan II y Mohamed VI han frenado cualquier intento de la comunidad internacional por hacer efectiva la soberanía del pueblo saharaui sobre su territorio. España y Marruecos comparten intereses políticos, económicos y sociales. Si la destrucción de un campamento lo hubiese hecho Franco la Memoria histórica pasaría a llamarse “Memoria atómica”. Sin embargo tras los incidentes producidos por la destrucción del campamento el Gobierno español ha mostrado cierta debilidad a la hora de abordar el tema. Un ejemplo de ello es el doble discurso que han mantenido la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, y el ministro de Presidencia, Ramón Jauregui, en los primeros momentos de la crisis. La tibieza de la respuesta diplomática española ha puesto de manifiesto, de nuevo, que no tocar el tema del Sahara es algo fundamental para no molestar a Mohamed VI.
Zapatero insiste: “España será su mejor aliado” Las relaciones comenzaron a mejorar sensiblemente con la llegada de Zapatero al Gobierno en 2004. Zapatero es el ‘mejor aliado’ del reino alauí: Zapatero, como jefe de la oposición, visitó Rabat por primera vez en 2001, en plena ‘tormenta’ diplomática entre ambos países que supuso la primera retirada del embajador español. La primera visita oficial del leonés como presidente fue a Rabat. El 24 de abril de 2004, Mohamed IV recibía por todo lo alto a Zapatero, el mismo día en que las portadas de todos los periódicos aseguraban que fue un marroquí quien colocó un artefacto explosivo en las vías del AVE. La reunión entre ambos dirigentes giró en torno a los atentados del 11-M. La prensa marroquí y la Casa Real alauí –en una extensa nota oficial- alabaron la actitud “dialogante” del nuevo presidente español. Comenzaba así una época de “entendimiento” entre las naciones separadas por Gibraltar. Durante estos años, y tras numerosos encuentros entre el monarca marroquí y Zapatero, el discurso del Gobierno socialista ha colocado a España como el “mejor aliado de Marruecos” y “valedor” de la entrada del país magrebí en la OTAN. A cambio, Marruecos ha mantenido durante todos estos años un ‘doble juego’ poco saludable para la imagen del Gobierno español. El sector más conservador de la prensa marroquí apoya al Partido Socialista. Un triunfo del Partido Popular supondría graves perjuicios para las relaciones entre ambos países, en materia comercial, de inmigración y seguridad. “Esas son las armas que tiene Marruecos frente al elector español”, señalaba por aquel entonces un columnista del diario L’Opinion de Rabat. En España viven unos 800.000 marroquíes, la mayoría en Andalucía, Cataluña y Madrid. La opción de voto en España de estos ciudadanos siempre ha sido una cuestión deseada para Mohamed VI. La prensa marroquí, por ejemplo, ensalzó a Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, cuando de visita en 2009 en Rabat propuso públicamente que los ciudadanos de Marruecos pudiesen votar en las municipales autonómicas. Y podrían hacerlo, además, a partidos como el PRUNE, de reciente creación, cuyo ideario político ha sido acusado de estar diseñado directamente por Rabat.